Predecir una competición como esta a largo plazo no es sencillo. Hace diez años todo el mundo con algo de conocimiento sobre ella te diría que Celtics, Lakers y Miami se repartirían los títulos de esta década, en 2014 dirían que los Spurs ganarían algún anillo más y en 2016 que los Warriors iban a destrozar la liga. Nada de ello ha pasado y las predicciones sobre quién dominará la liga seguirán dándose (con más o menos éxito). Lo relevante de ello es ver como se alimenta la propia competición de ello.

La Asociación Nacional de Baloncesto (traducción al castellano de las siglas NBA) es posiblemente la competición deportiva más global, y donde cada palabra que digan o hagan cualquiera de sus componentes (ya sean directivos o jugadores) tendrá una gran repercusión al respecto. Con todos los equipos habiendo jugado a estas alturas de competición más de diez partidos, podemos observar que todos aquellos clichés que se le podían dar a la temporada han sido derribados de una forma u otra.
Cuando Irving se fue a los Nets (y a pesar de no poder contar con Kevin Durant durante toda la temporada) nadie esperaba ver el mundo al revés: Los Celtics funcionando a la maravilla, perdiendo en la jornada inaugural para después acumular diez victorias consecutivas (a pesar de que uno de sus hombres clave recuperado para la causa, Gordon Hayward, se vaya a perder cerca de un mes de competición) para gobernar como antaño en la Conferencia Este y ver a los Nets lejos de los ocho primeros, con críticas veladas al rendimiento del ‘hijo pródigo’.
Cuando se hablaba de James Harden y Russell Westbrook no eran compatibles o de tratar de entender como concetarían Anthony Davis y LeBron James pocos esperaban lo visto a estas alturas:
El reencuentro de ‘Broddie’ y ‘La Barba’ está siendo fructífero para ambos a pesar de arrancar a trompicones, anotan con mucha fluideza ( mediad de 21 puntos clavados para RW y casi 39 para JH) para dejar a cada cuál fluir por su cuenta para consolidarse en la segunda plaza del oeste.
Los de púrpura y oro por su parte han visto como LeBron (quién sea eregido como líder en asistencias de la liga como más de una decena por partido) ha dado un ‘paso al lado’ para que Davis (quién también lidera la liga con 3 tapones por partido) sea el líder del equipo (marcándose algún partido de 40-20 para estar a la altura de los grandes interiores de la franquicia) y candidato a mejor jugador de la temporada para que el 10-2 que llevan en este momento progrese adecuadamente.
Los Toronto Raptors, los campeones con menos presión de toda la historia. El año pasado lograron ganar el título contra casi todos los pronósticos realizados al inicio de la temporada y ahora con Paskal Siakam junto a Fred Van Vleet como grandes referentes además del rendimiento que están dando Marc Gasol o Serge Ibaka los coloca como equipos a tener en cuenta a pesar de que su gran hombre la temporada pasada se haya ido ‘a su casa’.
Para cerrar habría que destacar las grandes sorpresas de la temporda. Dallas Mavericks, Minessota Timberwolves y especialmente Phoneix Suns están sorprendiendo más de lo esperado en un momento de la competición donde trataran de revertir los malos augurios que había sobre ellos.
Empezando con los Mavericks, con ese gran dúo que forman Luka Doncic y Kristaps Porzingis (efectivo y díscolo en rendimiento a partes iguales) hace las delicias de todo aficionado que ve sus encuentros. Sin embargo, derrotas como la sufrida contra los Knicks (por ser teóricamente superiores y por como se produjo) dan muestras de que aún les falta seguir dando pasos hacía delante para consolidarse como una de los grande equipos de la liga.
Los Timberwolves, o mejor dicho, la revolución que supone el sorprendente rendimiento de Andrew Wiggins (no por falta de calidad sino por lo visto en cursos anteriores) que junto al referente vital de este equipo en la figura de Karl Anthony Towns, con elementos como el especialista Robert Covington, la dirección de un correcto Jeff Teague (cuestionado constantemente y que promedia más de 6 asistencias por partido) además de las aportaciones de hombres destinados a no ser tan importantes pero si relevantes como Shabazz Napier o Robert Covington dan a estos jóvenes lobos motivos para aullar de alegría y consolidarse como aspirantes a jugar en la post-temporada.
Y los Phoenix Suns… Mejor dicho, Ricky Rubio y Devin Armani Booker liderando a los Suns. El base del Masnou ha sido el impulso necesario para el resurgir de estos jóvenes soles en medio del desierto de Arirzona donde el español ha sembrado esperanza en forma de buen juego, liberando de tanta responsabilidad a uno de los mejores anotadores de la competición si sigue en su línea.
El equipo goza en estos momentos de estar entre los cinco mejores conjuntos de su conferencia con la ayuda indispensable de sus dos grandes valuartes (a la espera de que Deandre Ayton vuelva de su sanción) junto a hombres como Aaron Baynes (otro año más crujiendo las expectativas que había sobre él) o Kelly Oubre Jr. que parece por fin haber encontrado sus esencias para mostrar su nivel además de nombres como Dario Saric, Frank Kaminsky III o Jevon Carter que parecen haber encauzado su carrera al calor del estado del Gran Cañon.
Tal y como título el rapero Chojin una de sus canciones, «El Mundo sigue girando», la competición baloncestísitica más seguida del mundo seguirá moviendo a su alrededor muchos comentarios sobre como se va a desarrollar o quién la va a controlar. Pero lo único cierto es que mientras comentarios haya más atención recibirá todo aquello que se escape a las cábalas previas.