Un año más, tal y como comentábamos en el anterior artículo, los Boston Celtics están sobreviviendo a todos los contratiempos que se les han ido presentando (tanto a corto como a medio plazo) y mostrándose así como uno de los equipos más solventes de la competición.

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El legado, la presencia y los resultados son tres de los elementos principales por los que se podría reconocer a una gran ‘firma comercial’, es decir, una empresa que funciona con buen rendimiento. Pero si a todo le sumamos que debe dar espectáculo a sus clientes y a la empresa matriz a parte de mostrarse solvente con todo lo anterior mencionado. Ante esta descripción, podríamos afirmar que es una ardua tarea. Y si además dicha compañía pierde a su teórico trabajador estrella y sus dos mejores empleados tienen durante, al menos, un par de semanas por golpes fortuitos se complica aún más… Pero aún así, sigue funcionando.

Pues aunque no lo parezca, los Boston Celtics encajan en todo ello. El ‘Orgullo verde’ constatado en 17 títulos de campeones de la NBA, está afrontando una temporada bastante completa en cuanto a juego y resultados a pesar de las bajas (especialmente la de Gordon Hayward por un golpe con LaMarcus Aldridge), se situan en la tercera plaza de la conferencia con más de diez victorias a estas alturas de la competición, rindiendo a gran nivel con Jayson Tatum, Jaylen Brown o Kemba Walker (cuando están en forma) con alrededor de los veinte puntos de media.

Sin hacer mucho ruido se están consolidando en una conferencia que no parece tener un líder claro desde la marcha del rey LeBron al calor de Hollywood, los Celtics parecen más preparados, para los momento clave, que en otras temporadas para ser relevante aunque en esta ocasión vayan de tapados ante la falta de un nombre claro.

La virtud de un grupo que sabe jugar en transición y que funciona en ataque mejor que otros años, sin nadie que genere tantos tiros pero si disponiendo de muchas ‘facilitadores’ que den a otros la oportunidad de lucirse, provoca que también en defensa suban las prestaciones del equipo, a pesar de que se esperaba un peor rendimiento en ese aspecto por parte de hombres que han dado un importante paso adelante que les permite seguir soñando con el título número 18, el que podría darles distancia respecto a los Lakers por mantenerse en la cumbre.

Con el estratega Brad Stevens a los mandos de una de las franquicias con más relevancia histórica de la liga, el equipo parece haber reencontrado su esencia (no bajar la intensidad pase lo que pase) y con ello haber logrado ensamblar las piezas que se añadieron al proyecto en verano a las mil maravillas, provocando sinergias de equipos con más trayectoria común recorrida.

Todo ello provoca que el equipo de juego a la liga y a su afición, siendo fieles a su tradición para sacar adelante una temporada donde a pesar de que muchos nombres se hayan ‘bajado del barco’ el rendimiento del equipo sea acorde a las expectativas que genera un megalodón de estas características, que quiere seguir siendo un referente en su faceta como toda gran empresa suele hacer.