España jugaba su primer partido oficial en territorio nacional tras ser Campeones del Mundo en China. Enfrente, una selección polaca que mantenía prácticamente el bloque que les llevó a estar en cuartos de final en el propio torneo donde cayó contra el combinado nacional español que sí había cambiado el bloque prácticamente al completo.

Dani Díez tratando de anotar entre AJ Slaughter y Damian Kulig. Foto de FEB

España empezó el partido comandada por un mágico Alocén, que abrió la anotación del encuentro y se puso a repartir asistencia o a liberar espacios para que hombres como Xavi Rabaseda, Javi Beirán o Dani Diez pudieran ir poniendo diferencia en el marcador a pesar de que AJ Slaughter, Aaron Cel o Sokolowski (el anotador más impulsivo del conjunto polaco) mantuvieran ‘a raya’ las aspiraciones del combinado español de escaparse rápido en el marcador, dejando un primer parcial de 9-6.

Los errores predominaron el encuentro en ambos lados durante un minuto de juego de la pista hasta que Dani Diez anotó triple liberado que abrió espacio en la defensa del equipo dirigido por Mike Taylor pero también en la de los hombres entrenados por Sergio Scariolo. Ambos equipos se lanzaron al ataque y jugadores como Rabaseda, Dario Brizuela, Sokolowski o Cel, que permitieron que el marcador se disparse hasta el 19-15 al final de la primer cuarto.

El segundo cuarto empezó con Santi Yusta, Jonathan Barreiro y Brizuela trataban de poner tierra de por medio para el combinado nacional español mientras que Michal Michalak, Sokolowski y Slaughter trataban de contener el auge en anotación del equipo español que llegó a poner la diferencia en diez puntos, pero que a cinco minutos del final de la primera parte el marcador era de 28-24.

El partido se iba atascando poco a poco al gusto de Polonia, donde cada error costaba más y cada acierto sabía mejor, pero ni los tapones de Rabaseda o los ya consolidados triples de Diez eran capaces de ser suficiente para las embestidas de Damian Kulig como ‘trailer’ por detrás del base o de Sokolowski por línea de fondo que igualaron el partido por lo bajo e incluso poniéndose por delante en el marcador gracias a un par de certeras anotaciones de Slaughter tras una serie de buenas defensas y de dudosas acciones arbitrales, que a pesar de dos tiros libres de Sebas Sáiz, dejaban un marcador de 35-38 al descanso.

El tercer cuarto empezó enrrarecido, con Polonia saliendo con la misma intensidad que antes del descanso, hasta que Carlos Alocén, Sebas Sáiz o Javi Beirán se pusieron manos a la obra para solventar la papeleta de teoríco favorito y se empleó con más intensidad en defensa a pesar de que Aaron Cel, Michal Sokolowski o A. J. Slaughter trataban de catapultar una y otra vez a los suyos a base de robos (tras forzar malos pases, en especial de Alocén, con seis pérdidas hasta este punto del partido) para mantenerse en el marcador con ritmo de juego cada vez más dinámico que les dejaba con un marcador de 48-55 tras la reanudación.

Dani Diez y Sebas Sáiz trataron de sacar provecho en la zona de su intensidad, pero con Tomasz Gielo incorporarandose al arsenal ofensivo del conjunto polaco, España se encontraba en una encrucijada contra el tiempo. El combinado nacional polaco se sentía cómodo aprovechando los errores del equipo español, que con la entrada del joven Aleksander Balcerowski crecieron un poco más se cabe y dejaron un 55-66 a diez minutos del final del partido.

El último cuarto remarcó un hecho visible durante todo el partido: el exceso desde el triple y las malas decisiones en el pase sumado a la fortuna y al buen hacer de Polonia en defensa era una mezcla explosiva que no beneficiaba a los locales.
La baja de Yusta, uno de los hombres que había intentado cambiar el ritmo del partido, marcaba un momento clave del partido,
donde Scariolo no encontraba la clave para solventar un marcador, que tras un mate de Balcerowski y una canasta de Dani Diez terminaba en un 61-76 a cinco minutos para terminar el partido.

Un triple de Carlos Alocén parecía cambiar la dinámica… Hasta que una ‘pedrada’ de Xavi Rabaseda y una nueva canasta de Slaughter devolvieron a la realidad vista en los anteriores veinte minutos de juego, que finalmente, tras algún que otro espejismo más confirmaron el ‘avismo’ en el que se había encontrado España en cada pase mal dado y en cada triple tirado a lo loco, mientras Polonia se llevaba como botín la victoria por 69-80 de Zaragoza, donde la selección española no defendió su condición de local ni su bien más preciado: El factor cancha.