Consiguiendo rememorar ciertos aspectos de los integrantes fundadores de los Bulls, ver su historia con los Pistons y la visión de Rodman a ambos lados de la historia (además de la suya propia)  o sacar a la luz ciertos aspectos del Dream Team y del servicio de seguridad de ‘MJ, La serie afronta un punto culmen de la historia al incluir protagonistas relevantes a escena y dando pie a hablar de ciertos temas que tuvieron relevancia en esta historia.

El último baile de Jordan, o como todos los factores que influyeron a los Bulls de aquellos días para llegar a ese punto, está sorprendiendo por varios factores.

Las apariciones espóradicas de Toni Kukoc, que no por esperadas, sorprenden menos. El croata coge protagonismo en los últimos compases de la serie-documental con ciertos aspectos como ver cual fue su rol en Chicago tras la primera retirada de Jordan o como entender perfectamente que tenía que hacer para reconstruirse y así poder triunfar en la mejor liga del mundo.

La primera retirada de Jordan, vista desde su situación, saca a la luz dos factores: Cumplir las promesas y ser consciente de cuando ha dado el máximo de si mismo en algún aspecto.

Esa rara habilidad que solo tienen aquellos capaces de decidir su vida sin depender de nadie permitió a Jordan brillar en todo aquello que hiciera, a pesar de que hubiera un tiempo de espera / adaptación al cambiar un escenario por otro.


Usar cualquier mínimo detalle, cualquier pequeña celebración ajena le motivaba a mejorar y no a perder la confianza en si mismo, esa que le llevó a lo más alto del mundo del baloncesto y le permitió una rápida adaptación al béisbol o volver a ganar tres anillos de la NBA tras regresar.

Un hito a la altura de pocos, pero que con Jordan parecía normal e incluso necesario por todo lo que suponía para el mundo del baloncesto, y cuyo mítico «I’m back» simbolizó el inicio de otra época gloriosa para los Bulls.