El equipo de la ‘Motown’ se libera de su contrato más tóxico de los últimos diez años, último vestigio de aquel amago de ‘Big 3’ junto a Greg Monroe y a Andre Drummond, donde todos cogieron caminos distintos al esperado. Una vez cerrado ese capítulo, en la ciudad del estado de Michigan vuelven a ilusionarse con el futuro.

En la NBA, especialmente en la actual, tener espacio salarial para poder fichar a los mejores jugadores posibles. Cada cuál busca obtener la mejor situación posible para que su franquicia logre el éxito absoluto en la primera quincena de junio. Y en esos momentos, un triple sobre la bocina, entre otros hechos pueden hacer la celebración aún más.
Ahora mismo, los Detroit Pistons están un poco más cerca. Todo empezó tras demontarse aquel utópico sueño de Steve Van Gundy , aquél triple poste formado por Greg Monroe, Andre Drummond y el propio Josh Smith (constantemente utilizado como alero y sin buen volumen de acierto desde el triple) empezó con un pobre record de 5 victorias y 23 derrotas antes de que el propio equipo cortase al jugador fichado ese mismo año. Los resultados empezaron a ser mejores, llegaron a jugar la post-temporada un par de temporadas pero sin llegar al nivel de 2004 o 1990.
Con la marcha de Drummond a los Cleveland Cavaliers en febrero y el último pago de cinco millones a Smith los Pistons vuelven a soñar. No es para menos teniendo en cuenta que han acabado pagando $53.028.386 en un espacio de 7 años cuando el contrato original, firmado el 10 de julio de 2013, tenía un montante total de 56 millones de dólares por cuatro años.
Luke Kennard o Christian Wood figuran como grandes nombres de futuro para el equipo entrenado por Dwane Casey, quién podrá contar con un equipo de élite en un par de años si esta vez eligen las piezas adecuadas para ensamblar un proyecto que pueda devolver la gloria a un equipo que triunfó con ‘chicos malos’ en diversas épocas y pasaron a ser un equipo malo pero en resultados.