La liga australo-neozelandesa fue la primera en terminar dentro de los parámetros regulares la competición. El cierre de la temporada consistió en que los Sidney Kings se negaron a jugar en el último partido por razones de saludo frente a los Perth Wilcats que dejaban entrever la dificil situación a la que se enfrentan en un momento delicado para varios de sus puntos fuertes para atraer jugadores.

La NBL (en la traducción de sus siglas ‘Liga Nacional de Baloncesto) es una competición que disputan 9 equipos, siendo 8 de ellos australianos y uno de ellos neozelandés (los New Zealand Breakers de Auckland) para formar una liga que, a pesar de parecer exótica y con menos potencial económico, tiene unas condiciones particulares que antes de la pandemia pero que ahora se pueden ver trastocados.
El excomentarista de Fox Australia y actual articulista digital en West Australian Newspapers Limited, Josh Garlepp, nos comentaba su visión al respecto de como ve la situación actual de la liga y del valor que puede aportar la liga en los tiempos a los jugadores que lleguen allí con sus pros y sus contras:
«Australia no puede competir financieramente con la Euroliga o con muchas ligas europeas, pero pagamos a tiempo, hablamos inglés y es un lugar fácil para vivir con ciudades como Sydney, Melbourne, Perth y Wollongong son excelentes para vivir. Ahora que se ha reducido el dinero, no podemos competir, pero tenemos un nivel decente de talento australiano. Probablemente sea en general malo para la liga porque hay menos jugadores de primer nivel, pero por ahora solo quedan 5.»
La situación afecta a todos, y especialmente a clubes como los Illwarra Hawks (de Wollongong), a los que les espera un largo proceso de reconstrucción en muchos aspectos. Sin ir muy lejos para ver uno de los efectos, la final del curso baloncestístico 2019-2020 se produjo de forma abrupta por la aparición del Coronavirus tal como lo exponía la propia liga en su día:
«El cuarto partido estaba programado para jugarse el viernes (20 de marzo) en el RAC Arena. La gerencia de Sidney Kings ha indicado hoy que no deseaba continuar con el resto de la serie dada la incertidumbre global y los efectos en torno a COVID-19.
El propietario y presidente ejecutivo de NBL, Larry Kestelman, dijo: “Respetamos la decisión en lo que son tiempos extraordinarios para todos. Entendemos no solo la salud y el bienestar de los jugadores, sino también su deseo de estar con sus familias, especialmente dado que muchos de ellos tienen familia en el extranjero.»
“Esta ha sido una temporada increíble para la NBL y una de las mejores en nuestra historia de 41 años con asistencia récord y baloncesto de clase mundial. Agradecemos a todos nuestros equipos, funcionarios, personal, socios y aficionados por su excelente apoyo y esperamos volver aún más grandes y mejores en 2020-21.»
Simple y conciso. Perth acabó ganando 3-1 aquella serie por el hecho de que los Sidney Kings decidieron no viajar para no evitar riesgos de salud en una serie donde llevaban una derrota de desventaja. Dentro las circunstancias se salvó la situación lo mejor posible pero aspectos tan complicados como una extensión en un contexto tan difícil de gestionar por elementos mencionado al inicio. El dilema principal de la extensión es no dejar atrás zonas como la isla de Tasmania para ampliar a 10 los equipos de la competición:
«El propietario y presidente ejecutivo de Hungry Jack, NBL, Larry Kestelman, dijo: “La NBL sigue en diálogo regular con el Gobierno de Tasmania sobre los planes para un décimo equipo en Tasmania a partir de la temporada 2021-22. Claramente, el Gobierno de Tasmania tiene prioridades más importantes en este momento, ya que aborda el impacto de COVID-19 en la comunidad local. Comprendemos y apoyamos completamente esto y hemos acordado suspender la actividad en relación con el nuevo equipo durante los próximos dos meses para permitir que el Gobierno centre sus esfuerzos en proteger a la comunidad.
«Tenemos la esperanza de que esto no retrasará el equipo que se une a la competencia para la temporada 2021/22. Sin embargo, el Derwent Entertainment Center requiere una remodelación sustancial antes de que el club pueda ingresar a la NBL y, por lo tanto, tendremos que revisar periódicamente los plazos propuestos una vez que tengamos una mejor idea de cuándo puede comenzar el trabajo de renovación.
Un equipo de NBL le dará a Tasmania una presencia muy merecida en una liga deportiva nacional que también tiene una huella global. También brindará importantes beneficios económicos a través de la reurbanización del DEC y los muy necesarios beneficios turísticos y empleos para Tasmania una vez que COVID-19 se haya levantado.»
Tras ello y dejando las bases para seguir negociando el tema, la organización se puso manos a la obra con temas más complicados como afrontar el futuro de la competición, presupuestos, composición de las plantillas y desarrollo de la agencia libre:
«Los jugadores han acordado reducciones escalonadas en los salarios que van desde el 27.5 por ciento para los jugadores que ganan entre $ 80,000 y $ 99,000 y hasta el 50 por ciento para los jugadores que ganan más de $ 200,000
Los salarios de los jugadores que ganen menos de $ 79,000 se revertirán al salario mínimo limitado a $ 58,584. Los salarios de los jugadores de desarrollo se mantendrán sin cambios.
Los jugadores podrán optar por no aplicar contrato de cara a la temporada 2020-21 durante dos semanas a partir de la firma del acuerdo con sus derechos NBL que tendrán sus respectivos clubes.
Las listas se reducirán a 10 jugadores por equipo con un máximo de dos extranjeros más una ‘Next Star’ cuando corresponda.»
«Continuaremos trabajando estrechamente con los clubes y los jugadores en la programación de la próxima temporada. Dadas las restricciones actuales y la incertidumbre sobre los próximos meses, estamos analizando una serie de opciones y evaluando de manera continua nuestra capacidad para comenzar la temporada a tiempo ”.
La NBL está trabajando de forma veloz en los tiempos que corren para poder adaptarse a que haya jugadores que se van al Draft de la NBA (no solo Ball o RJ Hampton) o grandes estrellas que cambian de equipo a pesar de que alrededor del 90% se han mantenido en el contrato y que se espera la vuelta de la competición en el primer trimestre del año que viene, marcando ejemplo de lo que otras competiciones que aún no han terminado puede ver y aplicar de cara a la salud económica además de deportiva para el mantenimiento de la competición.