
El primer partido de la Final 8 se presentaba como la oportunidad para ambos equipos para dar un golpe encima de la mesa en el torneo. Por parte del equipo burgalés, se afrontaba el encuentro con 13 jugadores, todos sanos y el descartado iba a ser Goran Huskic apuntaba Carmelo Palacios de ‘El Diario de Burgos’ y por parte del conjunto israelí, según apuntaba Josh Halickman de Rabbi Sports, la posibilidad de que TaShawn Thomas no estuviera en la mejor forma posible tras una lesión reciente y la duda de como se podría integrar Nikos Pappas al equipo.
Burgos empezó incisivo en ambos lados de la pista y supo encontrar desde el principio la forma de anotar, a pesar de que Luka Mitrovic y TaShawn Thomas, pero el juego coral de Burgos empezaba a marcar territorio para dejar un marcador de 8-11 como primer parcial.
Burgos mantuvo el ritmo anotador con gente como Dejan Kravic o Renfroe funcionando a las mil maravillas el ritmo de partido, a pesar de que el equipo israelí trataba por todos los medios de reducir esa diferencia. Tras un final de primer cuarto con muchos errores a la carrera, el conjunto dirigido por Joan Peñarroya mantenía la ventaja por un apurado 15-23.
El segundo cuarto empezó también muy trabado, con Jasiel Rivero y Suleiman Bramo golpeando por dentro pero con un espectacular Thadd McFadden y Jordan Sakho haciendo de las suyas por todas parte, el conjunto jerolosomitano era incapaz de sacar ventajas de ningún lado (salvo un triple de Adam Ariel), dejaba el marcador en un abultado 22-38 a cinco minutos del final de la primera parte.
Nikos Pappas y el lituano Deividas Servydis trataban de reducir la distancia para el conjunto dirigido por David-Oded Kattache pero Burgos conseguía robar balones y hacer circular bien el balón o forzar faltas) gracias a gente como Renfroe o McFadden, que llevaban en volandas al equipo castellanoleonés, dejando un marcador de 32-49 al descanso.
El tercer cuarto empezó con Burgos yéndose en el marcador más allá de los veinte puntos de diferencia, donde el conjunto de Jerusalén no podía más que tratar de contener durante algunos segundos la posesión y tratar de anotar sin que acabase la posesión. El conjunto israelí consiguió bajar la distancia hasta un todavía abultado 42-58 tras la reanudación.
A pesar de la pequeña reacción, Kravic, Rabaseda, McFadden y compañía no se achantaron en absoluto. Los hombres de morado recuperaron las riendas del partido para anotar con comodidad en ambos lados de la pista, provocando faltas en ataque (2 a Nikos Pappas en este tramo de partido) para poner el 48-77 con 10 minutos más por jugar.
Al inicio del último cuarto, Mitrovic y Thomas trataban de parar la hemorragia anotadora, pero la aparición hombres como Ken Horton o Alex Barrera fue imposible ese intento final de tratar de reparar la situación. A cinco minutos del final del encuentro, Burgos mandaba por 57-86.
Finalmente, el marcador fue de 65-92 para el conjunto burgalés que se convierte en el primer clasificado para las semifinales dando la sensación de que pueden vencer a cualquiera, siendo en está ocasión ante un Hapoel Jerusalén que no llego a encontrar cómodo en ningún momento del partido.