Tanto la ex jugadora del Panathinaikos y del mítico Athinaikos, como la ‘hija de’ (para el público menos familiarizado) son las grandes esperanzas del baloncesto en Grecia junto a Artemis Spanou. Con la llegada de ambas a Cáceres, la confianza de ambas puede crecer, dando pie a que el baloncesto griego femenino alcance cotas suficientes como para poder pelear contra las grandes potencias del continente.

Collage a partir de dos creatividades del club.

«Eleanna Christinaki (pronunciado Jristianaki) y Mariella Fasoula (pronunciado Mariela Fasula) están siendo confiadas para llevar las esperanzas de Grecia para la próxima década más o menos. Es una tarea muy importante y necesaria» que saquen todo su potencial, según apunta FIBA en un artículo relacionado. Nacidas en el 1996 y 1997, respectivamente, se encuentran en diferentes puntos de su carrera, a pesar de que la proyección de ambas es aún descomunal.

Para la alero es su segunda experiencia en España, tras su breve estancia en Gernika, y ese ahí , en la brevedad de sus estancias con el equipo vasco, además de en clubes como el Castors-Braine belga o (en menor medida) los pocos partidos que disputó con el Nadezhda de Orenburg, lo que resulta extraño siendo el historial de la segunda jugadora más joven en debutar con el combinado absoluto heleno y acumular 38 participaciones, mostrando con la εθνική ομαδα (selección nacional) todo el talento que tiene.

Para la jugadora de Marousi, el análisis es algo más sencillo. Su juego al poste luce como pocos al sacar provecho de su cuerpo para dar credibilidad a las fintas, que le ayudan a aprovechar sus grandes recursos técnicos. Sin duda, una jugadora con una proyección enorme, que afronta su primera oportunidad en el baloncesto europeo de élite (tras 5 años en la NCAA).

El debut en liga de su equipo puso en valor las expectativas puestas en estas dos jugadoras: Christianaki fue la mejor del partido 20 puntos y alcanzando los 17 de valoración, para convertirse en la MVP del partido, mientras que Fasoula logró 12 y 13 de valoración en ese mencionado partido contra Araski.

La segunda jornada las cosas variaron considerablemente: 9 puntos para la jugadora oriunda de Paralimni (Chipre) y 5 con 4 rebotes de la ex del Boston College y Vanderbilt en su encuentro contra Zamora donde su equipo perdió. Sin embargo, dos partidos no son muestras suficiente para dar un análisis justo. Aunque las primeras impresiones apuntan que la dirección es la correcta.

Dicho esto, si las dos jugadoras logran sacar su mejor versión, el equipo cacereño podría a empezar a recibir ese apodo que aparece en el título, es decir, el nombre de la ciudad en el abecedario griego. Cierto es que en Cáceres hay otros talentos jóvenes como Maria Lahuerta, y que eso puede ayudar a que el ambiente de crecimiento, aunque si las griegas están a su mejor nivel, el conjunto extremeño puede ser, de lejos, la gran sorpresa de esta temporada.