Zaragoza y AEK Atenas se enfrentaban en la segunda semifinal, luchando por tratar de conseguir un hueco en la final del torneo, para poder cerrar así la temporada 2019/2020 de la competición.

El partido se inició con un juego muy trabado y con muchos errores, pero el AEK parecía aprovechar mejor sus opciones. viendo con más facilidad y con Linos Chrisikopoulos junto al MVP de la competición, Keith Langford, como líderes del equipo en anotación. En defensa, el conjunto dirigido por Ilias Paptheodorou era un muro inexpugnable. Tras anotar una docena de puntos el conjunto griego, el Zaragoza (Nico Brussino mediante) se puso a remontar el partido hasta que el marcador se quedó en un equilibrado 15-8 tras cinco minutos de juego.
El partido empezó a ser una carrera de ida y vuelta (con muchas prisas en ataque por parte de ambos equipos), que acabó favoreciendo al conjunto aurinegro, sabiendo encontrar, de nuevo, huecos en la defensa del conjunto aragonés. El marcador al final de la primera parte era de 26-15.
El segundo cuarto empezó con un enchufadísimo Matt Lojeski para meter algo más de distancia en el marcador. Tras ello, el conjunto ateniense (y bajo la dirección de Tyrese Rice), metió una marcha más para irse por cerca de la veintena de puntos de diferencia 40-23 a cinco minutos del descanso.
Tras ello, la anotación en el partido se volvió tan irregular como un torrente: A veces aparecía con mucha potencia y, en otras, no había ni asomo de verla. El AEK, muy beneficiado por dicha situación, puso aún más ímpetu en defensa cuando pudo anotar con comodidad, tratando de mantener cerrado su aro mientras actores secundarios como Nikos Gkikas y Nikos Rogkavopoulos encontraban aro tras un gran esfuerzo defensivo. Con ello, el marcador al descanso era de 53-32 tras acciones clave de Jonas Maciulis o la bandeja de Rice a 4 décimas del final del periodo.
El tercer cuarto empezó con Rice haciendo de las suyas (de nuevo), para seguir poniendo tierra de por medio, a pesar de que Zaragoza parecía que podía empezar a mover el balón mejor que en otros puntos del partido. Con ello, el marcador se puso 65-44 tras la reanudación.
El AEK se puso en modo (aún más si cabia la posibilidad) trituradora, con Rice haciendo de todo en cualquier lado de la pista, haciendo estéril el esfuerzo de Dylan Ennis (entre otros) por tratar de salvar la situación. Con todo ello, el marcador se ponía 83-57 a diez minutos del final de partido.
Al inicio del último cuarto, el conjunto aragonés perdió toda la convicción que le quedaba por maquillar el marcador, pero el AEK mantuvo su ritmo bestial de juego para no dejar nada al azar, para ponerse 93-59 con todavía cinco minutos por disputarse.
Con Triggvy Hlinanson poniendo algún punto de más en el marcador, para dejar un 99-75 que reflejaba la realidad de un partido que dominó el equipo griego en todo momento y sin oposición