En estos momentos tan complicados, el joven producto de FIBA Europa, con tan solo 4 años de edad, ha logrado alcanzar un final lo más natural posible dentro de las circunstancias actuales, para demostrar que han llegado para quedarse, porque a pesar de las apariencias y de su teórica inexeperiencia, la conocida coloquialmente como BCL, se ha mostrado firme en sus posturas para consolidarse como una competición de referencia en el panorama europeo.

La Basketball Champions League se ha consolidado como una competición potente por el simple hecho de ser capaz de terminar la competición. Lejos de las, literalmente, grandes burbujas de la NBA o (en menor medida) de la ACB, ha sido la competición internacional de tan solo 4 años de edad (mientras la quinta ya estaba en proceso) la que más énfasis ha puesto en terminar y no de cualquier manera, porque la sorpresa del ‘Juana de Arco’ Dijon ante Ankara no fue casualidad, como tampoco lo fue el alto nivel en el duelo de cuartos entre españoles o la intensidad (sin premio) del Era Nymburk frente al anfitrión, el AEK de Atenas. La gran actuación del propio equipo aurinegro frente al Zaragoza en semifinales o el tercer y cuarto puesto, con victoria para Dijon, son otras de las grandes joyas de esta competición. Sin embargo; si que sorprendió el camino triunfal de San Pablo Burgos venciendo a rivales como el Hapoel Jerusalén, el mencionado Dijon o el mismísimo AEK en la final son, sin duda, tres demostraciones de poderío absoluto en la competición, para ponerle el broche dorado a su temporada.
Porque con acabar ya era suficiente y lograron hacerlo, consiguiendo un hecho que pocas competiciones en el mundo han logrado. Con esa rectificación del calendario, han logrado hacer también burbujas en Nicosia (Chipre) o Botevograd (Bulgaria) para que los equipos de las fases previas y tener la competición preparada para iniciarse a mediados de octubre.
La elección de Atenas, por el valor del OAKA y Atenas en baloncesto FIBA (La final de 2018), dejan claro que (salvo la idea firme del Promitheas Patras de no querer volver jamás a la competición), Grecia es, sin duda alguna, uno de los fortines de la competición gracias a la presencia, a lo largo de la historia de la competición; de equipos como Peristeri, Aris, PAOK o el propio AEK de Atenas, anfitrión de las ediciones de 2018 y de 2020, donde fue ganador en la primera y subcampeón en la última disputada. Además de ello, los constantes amagos del Panathinaikos por querer ingresar en la competición, muestran (más allá de ser simples amagos, por muy reales que parecieran) que si hay vida más allá de la Euroliga.
El otro país que demuestra gran interés en la competición, con hechos, es España. Tras legitimarla como la auténtica competición europea, al adquirir acciones de la misma, es el país con más representantes en relación presencia/éxito de la competición al llegar a los cinco años de historia del evento ( segundo en cuanto a número, empatado con Italia y superados por Francia) . El CB Canarias de Tenerife, Fuenlabrada, Estudiantes, Murcia, Manresa, Basket Zaragoza, San Pablo Burgos y el recién llegado Bilbao Basket completan un octeto (que podría haber sido un grupo de 9 si el Joventut se hubiera clasificado en su momento), que incluye al equipo campeón y anfitrión de la Final a 4 de la temporada inaugural, además de ser doble organizador/ganador de la Intercontinental (Tenerife) y al campeón coronado a inicios de octubre (Burgos), siendo el primer país con dos equipos campeones por primera vez en la historia de la competición.
Para esta próxima edición, la competición contará con campeones continentales (en otros torneos) como Galatasaray, Rytas Vilnius o Darussafaka; debutando como grandes candidatos al título de un torneo, donde también estarán clubes como Bakken Bears danés o el Keravnos de Nicosia chipriota, tras haber estado varios años compitiendo en la EuroCup de FIBA, mostrando así el crecimiento de la estructura del ente continental en cuanto a meritocracia deportiva.
Patrick Baumann sonríe desde el cielo. Su proyecto sigue creciendo, sin prisas pero sin pausas, buscando consolidarse como una de las competiciones a tener en cuenta en el panorama continental, haciendo frente a la Euroliga y a la EuroCup, logrando así. el cometido por el cual se creo esta competición: Que el buen hacer en las ligas nacionales y la mejora constante sigan reconociéndose como es debido a nivel internacional.