El partido inaugural de la burbuja de Valencia de cara al clasificatorio enfrentaba a dos equipo con dinámicas muy distintas en la anterior y, por tanto, con necesidades muy distintas de cara a la posible clasificación para el Europeo de 2022

El partido empezó con Polonia más aguerrida en defensa y tratando de encontrar huecos en ataque, cosa que hizo a base forzar faltas y de mover el balón en la zona para dejar espacio a las penetraciones desde la línea exterior, dando pie a un marcador de 0-8 al inicio del encuentro.
El conjunto polaco mantuvo su gran nivel anotador y subió el ritmo de juego además de mantener el ritmo de anotación, dando pie a que en defensa pudieran organizar mejor sus esquemas y dejar a Rumanía sin anotar hasta el minuto 8 de juego. Con ese ritmo abusivo y eficaz que desplegaba el combinado dirigido por Mike Taylor, Rumanía trató de maquillar el marcador con más agresividad en ataque (penetrando con dureza hacia el aro) y parando mejor al conjunto polaco en las inmediaciones del aro, pero al final del primer cuarto, el 7-24 en el marcador mostraba claramente cual estaba siendo la dinámica del partido.
El segundo cuarto, Michal Sokolowksi, Tomasz Gielo y Emmanuel Cate eran los principales puntales ofensivos de sus equipos, anotando y generando espectáculo a la par que ritmo para sus compañeros, pero sin cambiar mucho la dinámica del partido, con el conjunto polonés comandado el partido con comodidad y con un marcador de 15-35 a cinco minutos del descanso que lo corroboraba.
Bogdan Popa y Radu Virna trataban de aportar su granito de arena para que el conjunto rumano pudiera contrarrestar el dominio del equipo polaco, además de las aportaciones del joven Stefan Grasu (en el día de su debut con el combinado rumano y contando con tan solo 17 años de edad) para intentar frenar a Sokolowski y compañía. Sin embargo, el marcador de 24-45 al final de la primera parte demostraba que el intento de respuesta no había fructifierado.
El tercer cuarto empezó con ambos equipos empezaron enchufados, anotando triples y tiros de media distancia bien punteados con Lukasz Kosarek, Kristopher Richard, Lucas Tohatan y Aaron Cell como principales artilleros de un partido que empezaba a estar más competido y con un estilo divertido para el espectador, pero sin embargo, no permitía al conjunto rumano rebajar el abultado diferencial en el partido para tener opciones reales de poder darle la vuelta al marcador, que lucía con un resultado de 39-57 cinco minutos después de la reanudación.
Rumanía trataba de mantener el ritmo, pero la aparición de Karol Gruszecki y Jaroslaw Zykolowski en el partido para que el conjunto polaco mantuviera su dominio, dando la sensación de que el intento de ganar se quedaba en eso, y el marcador, que lucía un abultado 45-71 hacía cada vez más mella en el ánimo de los jugadores rumanos.
Al inicio del último cuarto, el partido bajó de ritmo de forma considerable y con el combinado de Polonia tratando de calmarlo al máximo posible para acabar el partido sin ningún sobresalto y cerrar una victoria importante para el devenir del encuentro, luciendo el marcador de 49-79 a cinco minutos del final.
Finalmente, y tras unos últimos minutos intrascendentes, Polonia acabó el partido con un descomunal 61-91 para seguir con el camino triunfal que están teniendo en estas ventanas y con las opciones intactas de clasificarse para el Eurobasket de 2022 en contraposición de la selección rumana que necesita un milagro para clasificarse para el torneo.