El Uni Girona, tras ganar a Riga en la anterior jornada, se enfrentaba al gran rival del grupo, el Ekaterimburgo con la esperanza de sacar algo positivo frente al conjunto dirigido por el gallego Miguel Méndez y con la balear Alba Torrens como una de las referentes de la plantilla de la competición.

Antes de entrar, Laia Palau estuvo dando indicaciones desde el banquillo a sus compañeras tales como «poned bien los bloqueos» y dando ánimos cada momento. Finalmente entró a 31:19 para el final del primer cuarto con 15-10 en el marcador antes de que Breanna Stewart anotase los dos tiros libres. En ese tramo estuvo haciendo ayudas defensivas sobre Masha Vadeeva, cometió dos faltas, dio una asistencia y defendió la última jugada para el 19-21 al final del periodo.
En defensa estuvo muy intensa, tratando de cubrir cualquier hueco(incluso punteando sin mirar a Breanna Stewart), tocando los balones en el momento adecuado, forzando faltas en ataque, aunque estuviera principalmente con Courtney Vandersloot con más o menos acierto, pero dando el máximo de sus posibilidades para tratar de ayudar a su equipo.
En ataque siguió ordenado a su equipo para ocupar bien los espacios, descargando responsabilidad en la joven Julia Soler, dando asistencias de altos vuelos y sin mirar, poniendo intensidad para tratar de encontrar los huecos en la defensa del conjunto ruso. Aún así, su labor como directora de juego, tratando de ajustar la posición de sus compañeras para mejorar las opciones de pase.
En general tuvo un partido completo, donde a nivel particular estuvo mejor que contra el TTT Riga pero no pudo ayudar a su equipo a dar la sorpresa frente al gran rival del grupo pese a que lo dio todo en el intento antes de que las zarinas del basket europeo ganaron el partido cuando quisieron
Tras 19:35 minutos en pista; Laia Palau anotó 2 puntos, cogió 3 rebotes, dió 4 asistencias y sumó 4 créditos de eficiencia. La nota negativa, en consonancia con el equipo fue su -29 de balance y con 4 faltas cometidas por segundo partido consecutivo en la primera vuelta de la Euroliga, donde Girona no aguantó el ritmo de Ekaterimburgo y perdió por 67-94.