El conjunto galo, a diferencia de sus homólogos masculinos, fueron la sorpresa negativa de la primera jornada de competición en el apartado femenino del torneo olímpico en el primer partido de una jornada que ha dejado resultados de todo tipo y con distintas variantes que empiezan a plantear como será el devenir del torneo.

Tras dos días de absoluto vértigo, Francia cayó sorprendentemente frente a la selección anfitriona por 74-70, en un partido donde llegaron a dominar durante los primeros minutos del mismo pero el conjunto nipón logró hacer frente a las embestidas de las subcampeonas de Europa y lograr el primer marcador inesperado en el torneo femenino.
Las que no se dejaron sorprender a diferencia de sus homólogos masculinos fueron las americanas. El conjunto dirigido por Dawn Staley (debutante como entrenadora en un unas olímpiadas) cumplió con lo esperado ante una Nigeria que apretó hasta el último cuarto pero que no fue capaz de hacer frente a un equipo organizado en pista por Sue Bird y sus 13 asistencias (mejor actuación en el siglo XXI en este apartado del juego) para vencer por 72-81.
La otra sorpresa de la jornada fue la de Bélgica, debutantes en la escena olímpica y que vencieron a un equipo habitual como Australia por 70-85 con una Emma Meesseman que lideró el estreno del equipo europeo en la competición, a pesar de que el conjunto oceánico llegó a dominar el encuentro al inicio del último periodo
China no dio pie a la sorpresa y arrasó en su debut contra Puerto Rico por 55-97, siendo el marcador más abultado hasta la fecha, donde lograron superar los cuarenta puntos en los últimos instantes de juego, tras un último empujón del conjunto caribeño, que llegó a bajar de los 30 de diferencia en el último cuarto pero que acabó pagando ese esfuerzo al final del encuntro.