Partido complicado para la selección española para vencer al equipo que le apeó de las semifinales del Eurobasket y que acabó logrando el título de campeonas de Europa, En esta ocasión, los minutos de la capitana estuvieron en concordancia con el resto de la temporada, a diferencia de lo ocurrido en el Saitama Super Arena en el primer encuentro.

Momento durante la presentación de los equipos. Foto de Sonia Cañada / FIBA

Laia Palau salió por primera vez a pista a 1:29 del final del primer cuarto, sustituyendo a Silvia Domínguez, con un marcador de empate a 17, como relevo de las jugadoras que iban a estar en los momentos clave de partido. En esos pocos segundos trató de aportar fluidez en el juego y tapar huecos en el apartado defensivo.

En el resto del encuentro, a diferencia de en otras ocasiones, su aportación fue mínima en el devenir del partido, con cerca de dos minutos en el total de este tramo, manteniendo la intensidad en pista durante este periodo:

En ataque intentó gestionar los ataques para encontrar a sus compañeras en posiciones óptimas para generar situaciones beneficiosas de cara al aro en las pocas posesiones ofensivas en las que la capitana de la selección estuvo en pista, durante los cuáles estuvo defendida por Dajana Butulija.

En defensa, lo poco que pudo hacer fue estar pendiente de la propia Butulija y estando pendiente de las ayudas que pudieran necesitar sus compañeras en la línea exterior en ese tramo inicial del segundo cuarto donde mantuvo la rotación antes de volver a ser sustituida por Silvia Domínguez y no volver a salir a cancha.

En general, fue un partido donde su influencia en el encuentro fue mínima, con Maite Cazorla siendo la referencia exterior, lo que supuso ver a la ‘9’ de España en el banquillo durante la mayor parte del encuentro, apoyando a sus compañeras y celebrando cada canasta para sumar de la forma que fuera por el bien del equipo, en la victoria por 85-70 frente al equipo balcánico.

Tras 4:12 minutos en pista, Laia Palau sumó solo un rebote defensivo y cometió una pérdida, en el encuentro que menos minutos ha disputado desde que empezó la temporada 2020-2021, siendo el capítulo más claro de como la transición en las posiciones exteriores de la selección española sigue su curso.