Con la particularidad de que el pabellón está construido en las proximidades del monumento en homenaje a la dinastía Romanov, justo en el mismo lugar donde los bolcheviques pusieron fin a los últimos representantes de la familia, se ha erigido un proyecto que lleva dominado la Euroliga durante los últimos 10 años, siendo especialmente contundente su poderío en el último lustro, donde han ganado todo lo ganable y quieren mantener esa racha sea en la competición que sea, con el claro propósito de mostrar el motivo por el cuál siguen siendo campeonas otro año más.

En las historias de ficción siempre se habla de un elemento capaz de poder controlar el resto de hechos que ocurren en ese universo, pero en la vida real y más concretamente en el baloncesto femenino europeo (pero con una plantilla que desearía cualquier equipo del mundo) hay un equipo que cumple esas expectativas: El UMMC Ekaterimburgo.
En una fría ciudad, a casi 1800 kilómetros de Moscú, con el Volga cruzando la localidad y con un monumento erigido a unos pocos metros del pabellón del equipo ‘metalúrgico’, en el punto exacto donde la Revolución de Octubre culminó su plan de terminar con la vida del último zar y su familia, ha crecido un imperio, creado en 1938, que domina el deporte de la pelota naranja desde hace una década y en la que no tiene rival desde hace un lustro, mostrando el poderío económico de un proyecto que paga sueldos de estrella europea sin apuros.
No sin polémicas y ni sin obviar ajustes de cuentas que terminaron también con la vida de algún propietario, el club con el escudo del zorro ha logrado mantenerse como uno de los grandes nombres de la mejor competición del viejo continente atrayendo al mejor talento ruso (o de países ex-soviéticos que cuentan como nacionales en su Liga y Copa), europeo (nacionalizado y no) o estrellas estadounidenses (Leyendas del USA Team incluidas) para así terminar siendo la fuerza dominante que son en estos momentos gracias a la buena mezcla de todo ello.
En la plantilla que presentarán para la SuperCopa de Europa faltan nombres como la pareja de hecho formada por Allie Quigley con Courtney Vandersloot, tras proclamarse campeonas de la WNBA; la perenne MVP entre 2020 y 2021, Breanna Stweart, por lesión y con la baja de la bielorrusa Masha Papova que no ha disputado el último partido de Euroliga.
Pese a ello, no es poca cosa la plantilla que se plantará en ‘La Fonteta’ para intentar mantener su dominio absolutista en el baloncesto europeo. La apodada ‘Madre de Dragones’, Jonquel Jones, cuya última visita como jugadora en la ciudad de Valencia aún produce auténtico vértigo; la base nacionalizada bielorrusa, Alexandria Bentley, que también hizo un excelso Eurobasket; igual que hizo Emma Messeman, MVP de las Finales de la WNBA en 2019 (primera europea en lograrlo); la temible pívot Brittney Griner, que formaba parte del equipo perdedor en la mencionada final de la liga americana (y que llegará explicitamente al partido), el acento español en pista de la mano de un brillante talento como el de Alba Torrens y apuntala un equipo de lujo junto a jugadoras rusas de la talla de Evgeniia Beliakova o Anastasiia Shilova, que ponen en perspectiva todo el potencial que tiene un conjunto así.
Y en el banquillo, por si hacía falta más, sigue Miguel Méndez al frente del mayor proyecto de baloncesto al este de lo que fuera conocido como ‘El telón de acero’ y con la mentalidad puesta en seguir haciendo trabajar esta máquina perfecta que busca volver a vencer todos los títulos posibles, un año más, para mantener la hegemonía de la gran dinastía del baloncesto ruso, en particular, pero también del europeo, donde siguen siendo el equipo más dominante de la competición en la actual.
Con ello, solo queda ver que sin un conjunto de jugadoras que serían titulares en cualquier equipo del mundo van a luchar por obtener un título con una plantilla que siguen siendo inexpugnable como están demostrando en el inicio de temporada, dando pie a pensar en aquellos trabalenguas como el de «el cielo estaba encapotado», tan enrevesado y complicado de completar bien, porque así es como siempre parece que sea un partido frente al Ekaterinburgo, cuyas zaresas muestran con hechos su negativa a dejan opción a ‘desencapotar’ su reinado, ni aunque sea como deseo contado como una historia de ciencia – ficción.