En un equipo coral y cuyo juego se base en el propio colectivo, la maña es capaz de aportar en distintos ámbitos del juego (incluso rozando los dos dígitos en cuatro de ellos al mismo tiempo), tanto a nivel númerico como de aportación real al equipo durante cualquier encuentro pero también por su conexión con la gente fuera de la pista y el impacto que provoca en la afición con ello.
Cristina Ouviña se ha consolidado como la ‘Super MVP’ de Valencia Basket, no por exageración, sino porque las dos veces que han sido campeonas de las SuperCopas disputadas, donde ella ha sido nombrada la mejor (por ser la más valoración tenía) en ambas ocasiones, fuera la cantidad de encuentro que fuera (1 o 2) y con rivales de todo tipo (Clarinos y Salamanca en la obtenida en la localidad tinerfeña de San Cristóbal de la Laguna o el todopoderoso Ekaterinburgo en la lograda en Valencia) pero también por sus actuaciones fuera de la pista ejerciendo como líder del equipo en dicho aspecto.
La número ‘5’ de Valencia Basket es capaz de cambiar el ritmo del juego de diversas formas, ya sea con sus lanzamiento para abrir el campo, con su dominio de la pista a base de pases vía pick and roll o para que otra compañera tengo una mejor vía de anotación, generando los espacios suficientes para poder tener más variantes y así poder atacar a medida que pasan los minutos, siendo además una jugadora muy activa en labores defensivas, clave del éxito del equipo valenciano, donde siempre responde de forma óptima para poder parar, en la medida de los posible, a las exteriores de los equipos rivales.
En la SuperCopa de España; sus 11 puntos, 12 rebotes y 4 asistencias para 25 de valoración le sirvieron para coronarse con su primer Super MVP de la temporada, en una situación bastante complicada tras todo lo que sucedió en verano con la selección española y unos pocos días antes de caer frente a Schio, que las dejaba sin opciones de acceder a la EuroLeague Women.
Semanas más tarde, sus 11 puntos y 9 rebotes para 19 de valoración, más allá de diversos lanzamientos desde el triple o desde dentro de la línea durante la gran cita europea, hechos plasmados en estadística, que fueron claves para tumbar al Ekaterimburgo, las dominadoras del baloncesto europeo y, lesión mediante, logró llevarse su segundo Super galardón individual de la temporada y del año 2021.
Pero más allá de sus números en pista, partidos como por ejemplo, los de Kangaroes de Mechelen, Polkowice o contra Salamanca, su forma de ser con respecto a la afición, el saber estar y su forma de actuar, mostrando los galones como una de las capitanas del equipo y con Anna Gómez como gran reflejo de ello siendo la principal.
La aragonesa no solo ha sido capaz de sumar para el equipo cuando el balón más quemaba dentro de la pista, sino que también ha querido enganchar a la afición fuera de ella, sabiendo el valor que tiene poder dar a la gente no solo una victoria, sino también un recuerdo imborrable (en forma de foto y/o autógrafo) en las ocasiones que se pueden acercar a la jugadora, que son algo más complejos en tiempos de pandemia y donde ella siempre responde con buenas maneras, gane o pierda, por el valor que todo ello conlleva.
Tras tantos años sin opción de volver a España, su primera gran temporada y la segunda forman parte de la historia del baloncesto español en general y, en particular, del Valencia Basket donde, mientras la salud lo permita, podrá seguir dando clases de baloncesto con la camiseta taronja pero también dar un buen ejemplo a las jóvenes generaciones que la tienen como referencia y que pueden aprender, sea desde casa o en el pabellón, de una jugadora que sigue mostrando su talento para brillar aunque los focos del pabellón ya estén apagados.
AT THE BUZZER CB 