Con Ludwisburg logrando ser tercero de la competición en un partido sin mucha disputa, la final española se presumía especialmente igualada por ser dos equipos que se conocen bien y cuyo último precedente era uno de los últimos disputados durante la semana anterior a la disputa del torneo final de la BCL

Gio Shermadini anotando un mate tras aro pasado frente a Ismaël Bako y ante la mirada de Luke Maye.

El partido empezó con Sasu Salin y Moneke acertando con sus decisiones de tiro para empezar golpeando, siendo el conjunto catalán siendo mucho más agresivo a la hora de buscar el aro, pero con menos eficiencia de la generada por Marcelinho Huertas con gran calma, dando pie a unos primeros compases alocados y lentos de juego. El aporte de Fran Guerra en ambos lados de la pista también fue vital para que los jugadores dirigidos por Txus Vidorreta dejasen un primer parcial de 9-14 tras los primeros cinco minutos de juego.

Una bandeja de Salin provocó una bandeja de Pedro Martínez, tras la que Moneke volvió a rematar una triangulación con un 2+1 para terminar de anotar sus primeros 12 puntos del partido (y del Manresa) antes de que Sima se uniese con cuatro puntos seguidos cerca del aro, tanto en estático como al contraataque, además de un triple de Dani Pérez para ponerse por primera vez con ventaja en el partido (19-18), que no era suficiente para frenar el buen papel de Gio Shermadini y Huertas, ya que el internacional por España y ex jugador del conjunto canario no anotó con suficiente fluidez (pese a sus 7 puntos en menos cinco minutos). Con todo ello y una canasta de Juampi Vaulet (aunque terminase de anotarla Joan Sastre), el marcador era de 25-27 al final del primer cuarto.

Al inicio del segundo cuarto el control del partido estuvo a cargo de Bruno Fitipaldo. El uruguayo dirigió de forma eficiente (pese a otro tramo alocado de partido) con Guerra y Kyle Wiltjer como ayudantes principales pese a la oposición por parte del conjunto catalán a cargo de Luke Maye, Vaulet o Joe Thomasson para igualar el marcador, y pese a que lograron ponerse por delante (de nuevo por poco tiempo), una bandeja de Aaron Doornekamp puso el empate a 36 en el marcador a cinco minutos del descanso.

Moneke, Sylvain Francisco, Pérez, Maye, Elias Valtonen, Huertas, Wiltjer y Shermadini continuaron dando espectáculo al partido (especialmente con el nigeriano en algún punto también en lo extra deportivo y parando por ello en el encuentro) para dejar un marcador de 50-49 al final de la primera parte tras una canasta de Fitipaldo.

La reanudación tuvo la misma locura que la primera mitad, con Gio Shermadini o Dani Pérez como representantes del buen juego global en ambos lados de la pista, con más tiros libres que durante los primeros compases del encuentro, dando pie a un marcador de 56-63 pasados cinco minutos del tercer cuarto.

Wiltjer ponía la máxima con un triple y conseguía recortar Juampi Vaulet antes de que Sasu Salin, Aaron Doornekamp (por dos veces) o Sylvain Francisco tuviesen sus tramos de alternar la diferencia con un triple por cabeza, tal como hicieron Marcelinho Huertas o Joe Thomasson algo más cerca del aro para mantener la locura como único elemento. Cinco puntos seguidos de Wiltjer dejaban un marcador de 65-79 al diez minutos para el final del encuentro.

El último cuarto empezó con Ismaël Bako, Wiltjer, Chima Moneke y Emir Sulejmanovic manteniendo la dinámica, favorable para el conjunto lagunero, que supo entender perfectamente su condición de habitual en la competición. Unas canastas de Joan Sastre y Luke Maye dejaban un marcador de 79-91 a cinco minutos para terminar el encuentro.

Finalmente, y con un par de anotaciones a cargo de Huertas (MVP del evento) o Thomasson además de un triple definitivo de Wiltjer, El CB Canarias se impuso por 87-98 a un Manresa que peleó todo lo que pudo pero ni con un estilo de juego y afición, pero el rey de la BCL vuelve a ser isleño.