Tras la sorpresa del penúltimo día, Georgia se jugaba el todo por el todo con Montenegro. Una plaza disponible para Berlín con dos equipos que han ido sufriendo en diversos puntos de la competición pero que tenían tiempo para redimirse con un último partido.

El partido empezó con Montenegro haciendo daño en la zona mediante Dino Radoncic, Bojan Dubljevic y Nemanaja Radovic además de tener a Kendrick Perry sumando tan cerca del aro como del triple, posición de la que Thadd McFadden (con tiro libre extra) y Sandro Mamukelashvili trataron de aguantar el golpe, quedando un marcador de 8-13 tras cinco minutos de juego.
Dos mates de Gio Shermadini, una bandeja de Nemaja Radovic y otras dos de Vladimir Mihailovic mantuvieron el ritmo en la zona, con un triple y varias acciones individuales de McFadden entre medias, permitieron a los anfitriones recortar distancias, pero el equipo balcánico mandaba en el marcador con un resultado de 19-21 (tras mate de Goga Bitadze) al final del primer cuarto.
El segundo cuarto, tras la eterna pausa por la falta técnica tras personal de Kakha Jintcharadze (y que anotó Marko Simonovic), fue Sandro Mamukerlashvili quién dio un paso adelante para el equipo caucásico, secundado por un triple de Duda Sanadze y buenos movimientos de Shermadini en la pintura, que sumado a la falta de acierto del conjunto montenegrino, dio pie a un empate 28-28 tras una buena canasta de Bojan Dubljevic a cinco minutos del descanso.
Rati Andronikashvili fue clave con varias acciones fulminantes y desafiantes, con el conjunto dirigido por Bosco Radovic condicionado por las cuatro faltas de Dubljevic (con otra bronca provocada por jugadores de Sakartvelo) y con Igor Dobrjnak como líder anotador a base de triples y con apariciones de Kendrick Perry o Dino Radoncic para tener una ventaja en el marcador, que al final de la primera parte marcaba un resultado de 35-41.
La segunda parte comenzó con Gio Shermadini y Marko Simonovic anotando en la zona, en otro momento de muy pocos puntos, con Perry o McFadden sumando de diversas formas (con distinto resultado), dejando un marcador de 44-45 pasados cinco minutos del tercer cuarto.
Bojan Dubljevic volvió a pista sumando un triple clave para las esperanzas de su equipo, siendo junto con Igor Dobrjnak, Nemanja Radovic y Perry claves para mantener el liderazgo en el partido, con dos triple además de una bandeja realizadas por Duda Sanadze como única respuesta por parte del equipo dirigido por Illias Zouros, dando pie a un marcador de 52-58 a diez minutos de terminar el partido.
El último cuarto empezó con un triple de Dubljevic y una canasta de Goga Bitadze, dando pie a que la intensidad correspondiente a estas características, con todo el mundo siendo consciente de lo que se jugaban. Mamukelashvili, Shermadini, Simonovic, Drobjnak (tras una extraña expulsión de Dubljevic) dejaron un marcador de 60-65 a menos de cinco minutos para terminar el partido
La tensión se vivía en cada rincón del New Sports Palace. Gente de pie, chillidos, angustía, intentos de mates imposibles y un canasta que parecía haber sido palmeada por un país. Mamukelashvili, reconvertido a santo patrón de Sarbutalo (parte de la ciudad donde está el pabellón), seguía luchando para llevar a sus fieles a la ‘fase prometida’ mientras estos apretaban en el momento del ‘dasua’ (la defensa), que no era suficiente para que los rebotes y los aciertos de Vladimir Mihailovic, Radoncic o Dobrjnak (como discípulos de Bosco y Dubi) sacar también su orgullo nacional para terminar llevándose una gran victoria por 73-81 en un escenario y circunstancias poco propicias para lograrlo.