Dos selecciones capaces de tener varias caras en un mismo torneo se veían frente a frente como en 2019, con el objetivo de seguir luchando por recuperar sensaciones de tiempos mejores, con la singularidad de que sus entrenadores, Gianmarco Pozzeco y Svetislav Pesic, las han vivido en diferentes ámbitos.

El partido empezó con Nikola Kalinic, Nicolo Melli, Nikola Jokic y Simone Fontecchio alternando fallos tras anotar los primeros puntos del partido, dando clara muestra de que buscaban arriesgar en cada posesión para sacar rédito de forma rápida, con Gianmarco Pozzeco recibiendo la primera técina y con Stefano Tonut tratando de atacar con asiduidad el aro (pasado) mientras Vanja Marinkovic y Vasilije Micic sumaban de 3 en 3 (triple o 2+1) para seguir ampliando la diferencia. Achile Polonara puso un marcador de 16-9 tras cinco minutos de juego.
El 3+1 de Kalinic, una canasta tras rebote de Jokic y cuatro puntos de Melli mostraban el dominio absoluto del equipo dirigido por Svetislav Pesic, pese a que la situación del capitano de la Olimpia Milano se mantenía como bastión principal por parte del combinado entrenado por Gianmarco Pozzeco. Jokic, tal como le cantaban desde la grada cuando lanzaba tiros libres, seguía en modo MVP liderando al equipo balcánico. Gigi Datome y Nicolo Melli sumaron para reducir distancias antes de que Marko Guduric dejase un marcador de 28-20 al final del primer cuarto.
El segundo cuarto empezó con Serbia jugando rápido y eficaz, mientras Italia se aferraba fuertemente a Datome y Melli para mantenerse con opciones de ganar el partido, ya que Jokic estaba destrozando al juego interior azzurro a base de rebotes, además de ser clave a la hora de mover el balón. A cinco minutos del descanso, el marcador era de 41-30.
Fontecchio cogió los mandos del ataque transalpino para buscar soluciones, logrando seis puntos seguidos, para reducir a la mitad la diferencia que tenía, que sumado a una mejora defensiva del conjunto, permitía tener distancias cortas que también permitían entrar en acción con más comodidad a jugadores como Stefano Tonut o Marco Spissu, con Micic siendo el que mantenía la calma por parte de los ‘plavi vestidos de beo‘, que veían como la diferencia bajaba hasta el 51-45 al final de la primera parte pese al triple final del 2 veces MVP de la F4 en la Euroliga.
Tras la reanudación, Nikola Kalinic, Nicolo Melli y Achille Polonara sumaron en la zona mientras Nikola Jokic y Vanja Marinkovic sumaron a base de triples para iniciar un tramo de anotación total, con el equipo italiano viéndose beneficiado por ello para recortar un poco más la distancia, dejando un marcador de 61-57 pasados cinco minutos del tercer cuarto.
La despedida de Pozzeco del campo tras la técnica para el banquillo y segunda suya (saludando a todos sus jugadores, ayudantes además de al banquillo rival), fue Marco Spissu quién lidero el golpe para igualar el partido (a 63), dando un giro al partido que permitía, con otro triple del jugador oriundo de Sassari, poner su selección por delante por unos minutos. Marko Jadodic-Kuridza igualaba, de nuevo, el marcador y Jokic sumaba dos tiros libres para recuperar momentáneamente una ventaja, que se quedo en ese 68-66 a diez minutos de terminar el partido.
Al inicio del último cuarto, fue otra vez Spissu quién cogió el ritmo de partido con dos triples y Melli fue quién dominó en la zona serbia durante varios segundo (cogiendo su propio rebote) antes de que Micic pudiera recortar la distancia, pero Polonara anotó 5 puntos seguidos para sumar aún más distancia antes del tiempo muerto serbio… y después con un triplazo tras ‘bailar’ a Jokic, además de forzar una gran acción defensiva para dejar un marcador de 70-82 a cinco minutos del final.
Un 3+1 de Jokic lanzando encima del logo parecía cambiar la mala racha por la que pasaba Serbia pero Melli (antes de ser expulsado) y Fontecchio salvaron el día en ambos lados de la pista durante los minutos finales, con Giampaolo Ricci como actor secundario, dejando un marcador de 86-94.