Dos de las grandes selecciones candidatas a llevarse un histórico cetro europeo se medían frente a frente delante de una marea griega, que ocupaban gran parte del renombrado ‘Eurobasket Arena’ tras sufrir en los octavos de final más que los anfitriones.

Daniel Theis revienta el balón contra el aro. Foto de FIBA

El partido empezó con sendos triples de Andreas Obst y Tyler Ntorsey. Todo ello desencadeno una fiebre anotador en la que Dennis Schroeder y Giannis Antetokounmpo participaron activamente además de que Daniel Theis, Obst, Franz Wagner o Georgios Papagiannis aparecieron puntualmente. El gran acierto en el triple por parte de los anfitriones les llevó hasta un marcador de 25-14 tras los primeros cinco minutos de juego.

Ntorsey reapareció con otro triple para curar la herida que seguían haciendo los alemanes a base de triples (hasta 8 en el periodo), hasta que ‘Giannis’ apretó para recortar distancias por su cuenta y contra toda la potencia de Alemania. Una pequeña presencia de Thanasis Antetokounmpo en dos acciones seguidas y el regreso de Nick Weiler-Babb dejaban un marcador de 31-27 al final del primer cuarto.

El segundo cuarto volvió a tener un mate de ‘Giannis’ y una canasta de Wagner, mostrando el liderazgo de ambos, mientras Maodo Lo y Giannoulis Larentzakis sirvieron como antesala del gran momento (uno más en el torneo) de Johannes Thiemann, que incluso forzó una falta (antideportiva) clave de Giannis Antetokounmpo y otra de Nick Calathes, que solo había sumado una canasta en el periodo. Larentzakis redujo la diferencia hasta el 42-40 a cinco minutos del descanso.

Un poderoso mate de Wagner parecía dar alas al conjunto teutón pero una peleada canasta de Dorsey bajo el aro y una canasta tras aro pasado de Kostas Papanikolau empataban (a 44) el encuentro para dar el impulso necesario al conjunto dirigido por Dimos Itoudis para volver a estar en partido. ‘Giannis’, otra vez Papanikolau y Dorsey trató de mantener un nuevo golpe de Schroeder, Wagner y Obst. Un triple sobre la bocina de Kostas Sloukas (que sería la última canasta en juego de su equipo por varios minutos) dejaba una victoria momentánea para los helenos de 57-61 al final de la primera parte.

Tras la reanudación hubo dominio total de Alemania, El combinado dirigido por Gordie Herbert supo frenar al conjunto griego (y a su gran estrella en particular de nuevo), tratando de reducir su movimiento de balón y obligando a jugar cerca de sus dos ‘torres’, mientras Franz Wagner 72-62 tras cinco minutos del tercer cuarto.

Johannes Voigtamann y Daniel Theis también entraron a funcionar también en ataque, provocando que los anfitriones llegasen a poner un parcial de 20-1 tras la reanudación, solo roto por Giannoulis Larentzakis y, sobre todo, Giannis Antetokounmpo rompieron un poco la tendencia para reducir distancias. Pese a ello un rebote y canasta final 83-71 a diez minutos del descanso.

El último cuarto empezó con Niels Giffey, Larentzakis y Thiemann dando guerra en ataque pese a los grandes esfuerzos defensivos, en particular del equipo alemán. Pese a ello, el espectáculo alemán, con Wagner como estrella principal, dejó un marcador de 96-82 a cinco minutos del final.

La expulsión de ‘Giannis’ por doble antideportiva (¡Siendo las dos únicas faltas que había hecho en todo el partido!), la segunda técnica de Schroeder, ‘Lari’ maquillando la desventaja y el juego interior local brillando sirvieron para que Alemania venciera por 107-96 en un partido auténticamente sin sentido, extraño, alocado, maravilloso, de contrastes y de buen baloncesto donde, precisamente, ganó el mejor equipo sobre la pista, ya que Grecia no varío su plan de partido y cayó como siempre teniendo más calidad que nunca en una sola figura.