La pasión contra el talento cuestionado. Eficacia colectiva contra nombres deslumbrantes. Locura tiradora contra la potencia total. En definitiva, un enfrentamiento entre dos clásicos del continente que buscaban avanzar de ronda con todos sus recursos disponibles en esta fecha tan particular.

Rudy Gobert machaca tras la falta de Nicolo Melli. Foto de FIBA.

El partido empezó con una gran canasta de Evan Fournier, otra más simple de Rudy Gobert y una gran culminación de Aquille Polonara. Con ello, seguían cumpliendo con los estereotipos que se les presuponían. Con Fournier, haciendo más de ‘Doctor Jekill’ que de’ Mr.Hide’ (aunque tuvo lo suyo), Francia logró poner una considerable diferencia con ayuda puntual de Terry Tarpey. Un triple de Marco Spissu redujo la diferencia frente a la potencia del equipo dirigido por Vicent Collet, dejando un marcador de 13-7 tras los primeros cinco minutos de juego

Gobert y Simone Fontecchio sumaron sendos mates, siendo el nuevo jugador de Utah Jazz quién sumó de tres antes de que lo hicieran Guerschon Yabusele y Timothe Luwawu-Cabarrot, antes de que Thomas Heurtel, Luwawu-Cabarrot y, hasta en dos ocasiones, un Gigi Datome que supo encontrar la forma de anotar (incluso tirar varias veces en una misma jugada) para poner a Italia en el límite necesario para seguir creyendo, dejando un marcador de 27-20 al descanso.

El segundo cuarto empezó con Francia queriendo apretar en defensa debido a su mal rendimiento en ataque, hecho que casi calcaba el equipo italiano, poniendo más intensidad en el ataque, pese a que no tuviera tanto acierto teniendo en cuenta actividad en la zona y perímetro rivales. Heurtel, Fontecchi y TL-C encontraron el acierto a base de triples además de una ‘bombita’ de Spissu dejaron un marcador de 33-27 al descanso.

Fontecchio y Yasbusele pusieron un punto de chispa en un tramo espeso de juego, sin ideas, sin acierto, sin estabilidad y (particularmente) sin la concentración necesaria para poder reaccionar correctamente a estas alturas de campeonato. Un par de acciones de Melli dejaron un marcador de 38-31 al final de la primera parte.

Tras la reanudación, la contundencia física gobernó el encuentro con mates a un lado y otro del campo, con Marco Spissu como fino estilista por parte del combinado dirigido por Gianmarco Pozzeco para mantener el pulso del partido, rematando la tendencia con un marcador de 47-43 tras cinco minutos del

Guerschon Yabusele y Evan Fournier golpeaban con sendos triples mientras Stefano Tonut junto a Melli pusieron un punto dinámico al partido, beneficiando a sus opciones de seguir peleando el partido. Gigi Datome, con acompañantes diversos y con Nicolo Mannion como escudero principal, fueron claves para terminar remontando antes de los minutos decisivos. Un 2+1 de Achille Polonara dejaba un marcador de 56-62 a diez minutos de terminar el partido.

El último cuarto empezó con una tendecia que terminó culminado un tiros tras reverso de Giampaolo Ricci: La ‘pasión’ italiana estaba siendo factor determinante para dar la vuelta. La indolencia francesa, un día más, marcó unos minutos de juego lento y poco efectivo, dejando un marcador de 61-67 a cinco minutos de terminar el perido.

Heurtel y Fontecchio lideraron las últimas acciones del periodo, con Rudy Gobert, Fournier o Terry Tarpey como bastiones galos y con Spissu como eterno salvavidas ‘azzurro‘, hecho que no fue suficiente para el conjunto transalpino, con Fontecchio fallando los tiros libres (calcando el momento de Cedi Osman en octavos…) para dejar un empate a 77 al final del tiempo regular.

En el tiempo extra, Heurtel fue la llave maestra de Francia, con una Italia desdibujada y ciertamente inexperta, incapaz de lidiar contra un equipo que, liderada por los que un día fueron jóvenes proyectos, habían aprendido como ganar este tipo de partidos, dejando un marcador de 93-85 al final del partido