Con Gernika esperando rival, las vigentes campeonas se medían a una de las grandes sorpresas de la temporada liguera, que no llegaba de la mejor forma posible a su primera edición, devolviendo (con nuevo equipo y como sección vinculada) a uno de los clásicos de principios de siglo a su lugar habitual (pese al nuevo contexto).

El partido empezó con Avenida dominando sin tapujos a nivel, con Julia Reisingerová y Ruth Hamblin-Davis golpeando de inicio como espejismo. El dominio total del equipo entrenado por Pepe Vázquez, con la presencia de jugadoras como Leo Rodríguez, Bridget Carleton o Aleksa Gulbe apareciendo y sumando en una festival anotador para el equipo catellano-leonés, dejando un marcador de 24-6 al final del primer cuarto.
En el segundo cuarto, Carolina Guerrero y Kristina Rakovic trataron de dar la vuelta en el marcador, pero el buen hacer de de jugadoras como Jovana Nogic o Alexis Prince, dominando a placer ante la poca resistencia táctica del conjunto culé, que mejoró su nivel pero la losa numérica en el marcador 41-21 al descanso
Tras la reanudación, Maite Cazorla no bajó el pistón pero Joe Anderson y Marta Canella, con Andrea Vilaró siendo clave en ambos lados de la pista, querían cambiar la imagen pese a que fuera pelear contra todo. Alexis Prince y Carolina Guerrero se sumaron puntualmente para mantener una dinámica que, pese a los amagos, seguía siendo grande. Julia Rueda y un triple At The Buzzer de Silvia Domínguez dejaban un marcador de 58-41 al final del tercer cuarto.
Al inicio del último, Rueda seguía queriendo apretar el marcador, pero Prince y Maite Cazorla devolvieron el partido donde quería el conjunto charro. El subidón momentáneo bajó y, pese a los últimos golpes, el conjunto catalán no fue capaz de frenar el buen hacer de las campeonas, que seguían avanzando para repetir título. El marcador fue 67-48 a cinco minutos para cerrar el encuentro
Finalmente, el marcador fue de Avenida 67-55 Barça que, como en el partido anterior, no remarcó el dominio del equipo ganador sino los tramos donde las jugadoras del equipo eliminado trataron de paliar sus malos momentos de juego con puntos en tramos determinados. Una semifinal atípica que dejaba claro que el calendario siempre pasa factura de la forma menos esperada.